La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la bipolaridad como un trastorno caracterizado por la presencia de episodios reiterados en los que el estado de ánimo del enfermo está alterado. En ocasiones la alteración consiste en exaltación y aumento del nivel de la vitalidad y de la actividad y en otras en una disminución del estado de ánimo y depresión.
Esta
enfermedad es la que está “padeciendo” el handball español. Por un lado las
selecciones nacionales están en el mejor momento de la historia y por el otro
la liga local pasa uno de los peores desde su creación.
En el
éxtasis, en la euforia, se encuentran los combinados españoles. El equipo
absoluto es el campeón del mundo reinante, venció en la final del último
Mundial, disputado en España en enero de este año, a Dinamarca por 35 a 19, en el cual consiguió la
mayor ventaja de la historia en un partido definitorio por el título. El elenco
junior (Sub 21) es subcampeón del mundo y en 2012 se proclamó campeón europeo.
El conjunto juvenil finalizó cuarto en el certamen continental y desde
el 10 al 28 de agosto intentarán mejorar el segundo puesto conseguido en el
Mundial 2011.
Todo esto
fue conseguido gracias al gran nivel de la competencia interna. Desde la
creación de la Liga ASOBAL (primera división) en 1984 el balonmano español
estuvo en constante crecimiento. Llegó a disputar en las décadas de los '90 y
2000 qué torneo era el mejor del planeta con la Bundesliga (Alemania). Todo
jugador soñaba con jugar en España.
Hoy no
pasa lo mismo. “España es el país más perjudicado por la crisis en Europa y eso
afectó mucho al handball español, se achicaron mucho los presupuestos y por eso
los jugadores se van a otros países, porque les pagan mucho más”, sostuvo Eric
Gull, considerado el mejor jugador argentino de todos los tiempos y goleador de
la liga ibérica en la temporada 2005/2006.
Muchos
clubes debido a las grandes deudas por las que atraviesan deciden no seguir con
las actividades. El caso más reciente fue el del Atlético de Madrid, campeón
del Super Globe 2012 (mundial de clubes), quien tenía una deuda de 915 mil
euros con Hacienda y el martes 9 de julio dejó de existir, ya que no podía
saldarla. La lista de desaparecidos se agranda cada año. Amaya Sport San
Antonio, Juventud Arrate, Torrevieja, Toledo, entre otros, son algunos de los
que componen esta nómina. Otros conjuntos, que están en bancarrota, quiebran y
se vuelven a refundar y ocupan el lugar de sus filiales, como el caso del
Balonmano Antequera 2010, que en 2012 desapareció y comenzó a jugar en Primera
Nacional (tercera categoría) con el nombre de Balonmano Torcal Antequera.
Ante la
desaparición del “Aleti”, quedó un lugar vacío en el torneo, una vacante. En
una situación normal cualquier equipo se pelearía por ocupar esta plaza, pero en
la actualidad no es así. El Academia Pilotes Posadas, que descendió la
temporada pasada, no aceptó ocupar ese lugar por un tema económico. El otro que
perdió la categoría fue el ARS Palma del Río y el presidente, Antonio Muñoz,
descartó la oferta de jugar en Asobal, ya que no cuenta con los 40 mil euros
que se necesitan para pagar el canon. La plaza la ocupó el Bidasoa Irún, elenco
de segunda división, ya que sí puede abonar la inscripción.
El Reale
Ademar de León, que tenía que jugar la fase de clasificación para la Champions
League 2013/2014 decidió abandonar la competencia, ya que no cuenta con el
suficiente dinero para solventar todos los viajes a través de Europa.
Gull,
campeón de la liga con el Ciudad Real en 2010, analizó el futuro de la Asobal:
“La liga va a volver a ser lo que era, en cuanto España se acomode, esto va a
tardar tres o cuatro años más. La gente allá es muy fanática del handball. Se
van a volver a armar los mejores equipos y van a tener el dinero para volver a
armar una liga Asobal competitiva como era antes. Todo esto pasa porque hubo
una mala administración de los gobiernos y esperemos que no pase más”, agregó.
Los jugadores, al no haber
sustentabilidad económica emigran a otros países. La mayoría partió hacia
Alemania y Francia. Otros van a ligas de menor nivel, pero captados gracias a
que el club cuenta con gran patrimonio y proyecto, como son los casos de Julen
Aguinagalde, uno de los mejores pivotes del mundo, que jugará en el Kielce
polaco y Alex Dujshebaev, una de las máximas promesas de España, lo hará en el
RK Vardar Pro macedonio. El argentino Pablo Simonet, quien dejó España para ir
a jugar al Ivry francés, analizó como, gracias a esto, mejoró el nivel de los
juveniles: “Con la crisis del
balonmano español los jugadores de mayor clase decidieron irse a ligas como la
alemana y la francesa. Esto causó que muchos jóvenes españoles tengan que jugar
en el primer equipo de sus
respectivos clubes y por eso la aparición de muchos talentos y los buenos
resultados en los mundiales juveniles y juniors”.
El presente de la liga no es el más alentador
y ya no lucha por ser la más poderosa del mundo como tiempo atrás, sino por
subsistir. A pesar de esto, si continúan trabajando bien en inferiores podrán
seguir obteniendo los buenos resultados que se están consiguiendo con los
equipos nacionales, ya que con edad de juvenil y junior se tienen que hacer
cargo de jugar en primera y poner a salvo el honor de la Liga Asobal.
Martín Souto Cueto