domingo, 11 de agosto de 2013

Las dos caras



     La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la bipolaridad como un trastorno caracterizado por la presencia de episodios reiterados en los que el estado de ánimo del enfermo está alterado. En ocasiones la alteración consiste en exaltación y aumento del nivel de la vitalidad y de la actividad y en otras en una disminución del estado de ánimo y depresión.
     Esta enfermedad es la que está “padeciendo” el handball español. Por un lado las selecciones nacionales están en el mejor momento de la historia y por el otro la liga local pasa uno de los peores desde su creación.
     En el éxtasis, en la euforia, se encuentran los combinados españoles. El equipo absoluto es el campeón del mundo reinante, venció en la final del último Mundial, disputado en España en enero de este año, a Dinamarca por 35 a 19, en el cual consiguió la mayor ventaja de la historia en un partido definitorio por el título. El elenco junior (Sub 21) es subcampeón del mundo y en 2012 se proclamó campeón europeo. El conjunto juvenil finalizó cuarto en el certamen continental y desde el 10 al 28 de agosto intentarán mejorar el segundo puesto conseguido en el Mundial 2011.
     Todo esto fue conseguido gracias al gran nivel de la competencia interna. Desde la creación de la Liga ASOBAL (primera división) en 1984 el balonmano español estuvo en constante crecimiento. Llegó a disputar en las décadas de los '90 y 2000 qué torneo era el mejor del planeta con la Bundesliga (Alemania). Todo jugador soñaba con jugar en España.
     Hoy no pasa lo mismo. “España es el país más perjudicado por la crisis en Europa y eso afectó mucho al handball español, se achicaron mucho los presupuestos y por eso los jugadores se van a otros países, porque les pagan mucho más”, sostuvo Eric Gull, considerado el mejor jugador argentino de todos los tiempos y goleador de la liga ibérica en la temporada 2005/2006.
     Muchos clubes debido a las grandes deudas por las que atraviesan deciden no seguir con las actividades. El caso más reciente fue el del Atlético de Madrid, campeón del Super Globe 2012 (mundial de clubes), quien tenía una deuda de 915 mil euros con Hacienda y el martes 9 de julio dejó de existir, ya que no podía saldarla. La lista de desaparecidos se agranda cada año. Amaya Sport San Antonio, Juventud Arrate, Torrevieja, Toledo, entre otros, son algunos de los que componen esta nómina. Otros conjuntos, que están en bancarrota, quiebran y se vuelven a refundar y ocupan el lugar de sus filiales, como el caso del Balonmano Antequera 2010, que en 2012 desapareció y comenzó a jugar en Primera Nacional (tercera categoría) con el nombre de Balonmano Torcal Antequera.
     Ante la desaparición del “Aleti”, quedó un lugar vacío en el torneo, una vacante. En una situación normal cualquier equipo se pelearía por ocupar esta plaza, pero en la actualidad no es así. El Academia Pilotes Posadas, que descendió la temporada pasada, no aceptó ocupar ese lugar por un tema económico. El otro que perdió la categoría fue el ARS Palma del Río y el presidente, Antonio Muñoz, descartó la oferta de jugar en Asobal, ya que no cuenta con los 40 mil euros que se necesitan para pagar el canon. La plaza la ocupó el Bidasoa Irún, elenco de segunda división, ya que sí puede abonar la inscripción.
     El Reale Ademar de León, que tenía que jugar la fase de clasificación para la Champions League 2013/2014 decidió abandonar la competencia, ya que no cuenta con el suficiente dinero para solventar todos los viajes a través de Europa.
     Gull, campeón de la liga con el Ciudad Real en 2010, analizó el futuro de la Asobal: “La liga va a volver a ser lo que era, en cuanto España se acomode, esto va a tardar tres o cuatro años más. La gente allá es muy fanática del handball. Se van a volver a armar los mejores equipos y van a tener el dinero para volver a armar una liga Asobal competitiva como era antes. Todo esto pasa porque hubo una mala administración de los gobiernos y esperemos que no pase más”, agregó.
     Los jugadores, al no haber sustentabilidad económica emigran a otros países. La mayoría partió hacia Alemania y Francia. Otros van a ligas de menor nivel, pero captados gracias a que el club cuenta con gran patrimonio y proyecto, como son los casos de Julen Aguinagalde, uno de los mejores pivotes del mundo, que jugará en el Kielce polaco y Alex Dujshebaev, una de las máximas promesas de España, lo hará en el RK Vardar Pro macedonio. El argentino Pablo Simonet, quien dejó España para ir a jugar al Ivry francés, analizó como, gracias a esto, mejoró el nivel de los juveniles: “Con la crisis del balonmano español los jugadores de mayor clase decidieron irse a ligas como la alemana y la francesa. Esto causó que muchos jóvenes españoles tengan que jugar en el primer equipo de sus respectivos clubes y por eso la aparición de muchos talentos y los buenos resultados en los mundiales juveniles y juniors”.
     El presente de la liga no es el más alentador y ya no lucha por ser la más poderosa del mundo como tiempo atrás, sino por subsistir. A pesar de esto, si continúan trabajando bien en inferiores podrán seguir obteniendo los buenos resultados que se están consiguiendo con los equipos nacionales, ya que con edad de juvenil y junior se tienen que hacer cargo de jugar en primera y poner a salvo el honor de la Liga Asobal.




Martín Souto Cueto